Se entiende por problema,
situaciones a las cuales se enfrenta una persona y no hay un camino obvio de
solución.
Se sugiere utilizar tipos de
problemas mal estructurados, mal definidos o no rutinarios, de manera que le
permiten al alumno tomar decisiones, involucrarse y activar conocimientos,
habilidades y competencias de mayor relevancia que cuando trabajan con problemas
bien definidos (Schoenfeld, 1989, Goldemberg, 2000, Jonassen, 2000c).
Es positivo el manejar
estrategias que permitan, resolver los problemas, definiéndose etapas de
resolución de problemas. Se destaca la necesidad de uso de estrategias
heurísticas, como las denomina Pol ya (1979), o metacoginitvias según Schoenfeld
(1985).
Es recomendable utilizar la
estrategia de resolución de problemas, al existir numerosas ventajas, tanto a
nivel de logro de aprendizajes de la disciplina, como de competencias y habilidades
de orden transversal, tal como lo señala Jonassen al citar a Gagne, respecto al
que los alumnos aprendan a resolver problemas, es uno de los resultados más
importantes en el proceso de aprender para la vida (Jonassen 2000a).
Requiere de habilidades
propias de resolución de problemas para trabajar en esta metodología, además de
estrategias, se requiere un manejo del conocimiento, en particular el
conocimiento matemático, junto con saber cuando y como utilizar las estrategias
aprendidas y el manejo Meta cognitivo del proceso.
Es una estrategia compleja de
implementar, algunas dificultades y errores comunes a destacar son: la falta de
información y claridad de cómo utilizar la estrategia de resolución de
problemas; no saber cuando es o no un problema para los alumnos; que tipo de
problemas a utilizar; pensar que solo se requiere enseñar estrategias; hacer de
la estrategia un contenido; la dificultad de que los alumnos trabajen sobre el
uso de estrategias heurísticas, entre otras (Galin, 2001, Lacasa y Herranz,
1995, Pifarré y Sanuy, 2002, Monereo, 2000, Rizo y Campistrous, 2002)..
Al trabajar resolución de
problemas en matemática, se destaca el cambio en la forma de trabajo del
profesor y los alumnos, es una estrategia que permite lograr aspectos que le
son de interés a la disciplina como: que los estudiantes “hablen” y “hagan”
matemática; creen nuevo conocimiento; aprendan a saber que conocimientos,
procedimientos y procesos heurísticos usar y cuando usarlo; manejar el
conocimiento condicional; entre otros (Onrubia Cochera y Barberà, 2001,
Schoenfeld, 1989).
Hay cambios importantes en el
rol del profesor y del alumno cuando se hace uso de una estrategia de
resolución de problemas y en particular hace uso de las TIC. El proceso se
centra en el alumno, es este quien tiene una responsabilidad importante en su
formación, la literatura se refiere a que es preferible el trabajo en pequeños
grupos y el profesor tiene un rol de facilitador, de generación de espacios de
trabajo, de ser un modelo de pensamiento, de saber como usar los recursos TIC,
donde entrega las responsabilidades correspondientes al alumno y las TIC,
respecto a cuales son las tareas que mejor hacen cada uno.
Existe una tendencia
importante a utilizar la tecnología, para aprender con ella, usarlas como
instrumento cognitivo, instrumentos mentales o como señala Jonassen,
“herramientas de la mente”, permitiendo que los alumnos aprendan, con un
aprendizaje significativo, descubriendo y construyendo el conocimiento, en
forma colaborativa, en ambientes realistas y enriquecidos.
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